ABUELOS

Creo que las personas que hemos tenido la suerte de poder disfrutar de nuestros abuelos nos llevamos un gran regalo. El regalo de haber compartido con ellos lecciones de vida, juegos, complicidad, travesuras... Un amor distinto al que se tiene con otro miembro de nuestra familia. Un amor que sólo un abuelo puede darte. Ese amor tan necesario que, cuando lo pierdes, deja un vacío en el alma que nadie podrá sustituir. 
Mi regalo fue triple porque pude disfrutar de mis dos abuelas y un abuelo. 
Pero esta nota es para mis cuatro abuelos.

A ti abuelo Dario, al que nunca conocí.
A ti abuelo que sólo puedo imaginarte por las cosas que mi abuela, mis tíos y mi madre me contaron sobre ti.
Porque ni siquiera mi madre pudo disfrutar apenas de ti. Porque dejaste un vacío siquiera antes de llenarlo...  A ti porque mi abuela te escogió. A ti que no por ello dejo de quererte.

A ti abuelo Luciano, que nos dejaste hace unos años. Era la primera vez que me enfrenté a la perdida de un ser tan querido.
A ti porque me llamabas por el nombre de mi hermana y a mi hermana por el mío, ¡siempre te liabas!
A ti que te gustaba ver los documentales de animales y luego te quedabas dormido.
A ti que me vacilaste una vez con los corchos de envasar el vino.
Por tus filloas, por verte pescar, montar en bicicleta, pasar el día en el río...
Por tu "me cago en diosla".
Y como te gustaba la sal le pondré más a mi vida.
Siempre te querré.

A ti abuela Esperanza, ¿qué no habré dicho ya de ti?
Contigo, por cercanía, tuve la suerte de vivir más experiencias.
Porque hace ya algo más de un año que no estás y aún espero verte en algún momento. Además, ¿no era la esperanza lo último en perderse?
Hoy comí arroz con leche, no es lo mismo...
Por las flores "coloras".
Por tu cuento especial para mí.
Por todo que fue tanto.
Te quiero abuela, te quiero mi "cuchi, cuchi".

A ti abuela Ana, apodada "mi abuela de León" si quería hablarle a alguien sobre ti.
Porque en León vivías pero tu sangre (gallega de nacimiento) te llevaba a querer hacernos un buen pulpo. 
Por un verano en el que en el mismo momento me gustó y odié jugar a las cartas. Lo de odiar es broma, pero como te gustaba tanto y jugamos mucho rato...
También he jugado contigo al parchís y disfrutado de días en el río.
Y creo que ya lo sabes, pero los pasteles no han sido nunca mi fuerte, pero verte comprarlos con tanta ilusión cuando íbamos a verte...
Porque no me creo que hace sólo dos días te fueses... ¡No!
Te quiero.

HASTA SIEMPRE