Edmond Kirsch un futurólogo, inventor tecnológico y ateo declarado va a
desvelar al Mundo un descubrimiento que cambiará para siempre la historia de la
humanidad.
Desde siempre el ser humano se ha preguntado de dónde
viene y hacia dónde va. Y al no poder demostrar de ninguna manera las
respuestas a estas incógnitas, parece que lo más apropiado es la creencia de un
dios, o de Dios para poder explicarlo.
La mente siempre quiere tener una respuesta para todo. Y
cuando no la puede obtener, quizá, el engaño o una falsa respuesta es mejor que
la duda.
Para la gente religiosa o de fe, la creencia de Dios no
es solo una cuestión de respuesta, si no
de una verdad empírica. Pero Edmond no está de acuerdo y ha querido investigar para demostrar
que la existencia de un dios no se mantiene desde un punto de vista científico
ni lógico. Es más, se atreve a decir que al igual que en la mitología existían
varios dioses para explicar los distintos fenómenos, que por aquel entonces no
se comprendían, y que ahora ya se ha dejado de creer en ellos porque se ha
encontrado explicación, lo mismo sucederá entonces cuando él de a conocer la
explicación que hace que aún se crea en Dios.
A mí la historia me ha parecido entretenida e interesante. Para mí no ha supuesto ningún dilema moral.
A quienes les haya gustado otras novelas de Dan Brown y les guste las aventuras de Robert Langdon, el famoso profesor de simbología e iconografía religiosa de El código Da Vinci (entre otros), esta otra novela seguro que les gustará.
Ya que, al igual que en las otras ocasiones, Langdon se ve envuelto en una conspiración en la que no se quiere dar a conocer el descubrimiento de Kirsch.
De nuevo su vida corre peligro y esta vez logrará su objetivo con una compañera muy singular, Ambra Vidal, la directora del museo Guggenheim.
Como en la sinopsis del libro solo comenta este dato de Ambra, no seré yo quien desvele más.
Sobre la cuestión de a dónde vamos, la conclusión a la que llega Edmond no es tan descabellada como pueda parecer...
Una cosa que fui haciendo, fue ir buscando en Google cada obra de arte que nombran en el libro. Algunas ya las conocía, pero en otros casos, pues no.
Y es que también es interesante desde ese punto de vista cultural.
Igual tiene alguna pega, pero no la encontré.
A quienes les haya gustado otras novelas de Dan Brown y les guste las aventuras de Robert Langdon, el famoso profesor de simbología e iconografía religiosa de El código Da Vinci (entre otros), esta otra novela seguro que les gustará.
Ya que, al igual que en las otras ocasiones, Langdon se ve envuelto en una conspiración en la que no se quiere dar a conocer el descubrimiento de Kirsch.
De nuevo su vida corre peligro y esta vez logrará su objetivo con una compañera muy singular, Ambra Vidal, la directora del museo Guggenheim.
Como en la sinopsis del libro solo comenta este dato de Ambra, no seré yo quien desvele más.
Sobre la cuestión de a dónde vamos, la conclusión a la que llega Edmond no es tan descabellada como pueda parecer...
Una cosa que fui haciendo, fue ir buscando en Google cada obra de arte que nombran en el libro. Algunas ya las conocía, pero en otros casos, pues no.
Y es que también es interesante desde ese punto de vista cultural.
Igual tiene alguna pega, pero no la encontré.