martes, 23 de febrero de 2016

Querida abuela

Querida abuela
Pronto hará un año desde que te fuiste. Un año en el que te echo de menos cada día. Es cierto que el dolor no es el mismo. Creo que en cierta forma, una persona que nos quiere y nos deja, hace que ese dolor disminuya porque sigue queriéndonos. Al igual que nosotros no dejamos de quererla. Nunca dejaré de quererte ni de echarte de menos. Es imposible porque siempre serás una de las personas a las que más he amado en mi vida.
Desde pequeña he tenido la suerte de disfrutar de ti en muchas ocasiones. Tengo montones de recuerdos y fotografías de esos momentos tan felices. No dejaré de recordar lo bueno que te salía el arroz con leche. Igual el que sea uno de mis postres preferidos es porque probé el tuyo. 
(Esto lo menciono porque, para ser yo, algo sobre comida tengo que poner...)
Contigo he visto el mar, el campo... Contigo aprendí que da igual como se cuente un cuento porque lo que importa es recordar de por vida a la persona que lo contaba.
Esa persona, tú, con paciencia para contármelo cada vez que te lo pedía.
No olvidaré tus "cuchi, cuchi" y mimos.
Y aunque con el paso del tiempo, el tiempo no quiso que recordases ni fueses la misma persona de siempre. Para mí nunca dejaste de serlo. 
Esa persona que luchó toda su vida. Esa gran persona que tan grande hueco ha dejado en mi corazón.
Tengo que serte sincera, abueli, no creo en Dios ni en la vida después de la muerte. No creo que exista, ni volvamos a encontrarnos. Es triste lo sé, pero decirte que creo en lo contrario sería mentirte.
Pero aún así, yo te siento conmigo y miro al cielo por si estuviese equivocada y en esa estrella más brillante, en ese sol tan luminoso, en esa nube rosa como algodón de azúcar... En alguno de ellos, estuvieses tú.
Te quiero mucho

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